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Maternidad, Dharma y una pandemia.

“Ser mamá ha sido la mejor semilla que me ha florecido en la vida…”

Cuando decidí ser mamá, sinceramente no tomé refugio; a veces a uno se le olvida ¿no? (mi maestro me diría que debo sembrar semillas de concentración y meditar más para lograrlo). Tantas cosas que hacemos en el día o que buscamos fervientemente lograr y de repente lo damos por hecho, como si fueran cosas que se dan solitas o que deben de pasar solo porque sí o porque siguen en la historia de vida de las personas.

Cuando fueron pasando los meses de mi embarazo me quedó más que claro que las semillas son poderosísimas y que, a pesar de llevar meses estudiando el dharma , debía de confiar más en ellas.

Cuando cumplí 5 meses de embarazo nos confinaron por la pandemia del “Covid-19”. Realmente nunca imaginé que algo así pudiera suceder, creo que nadie lo vio venir.

Estamos acostumbrados a ver en la historia sucesos que marcan a la humanidad, pero por lo general son eventos que estudiamos en los libros y hasta hoy no habíamos vivido algo que marcara al mundo entero en el siglo XXI.  

Con el paso de las semanas me percaté y recordé que el mundo viene de mí, de cómo yo traté a los demás en el pasado, y esos meses llegaron cargados de enseñanzas por digerir, experiencias que cada vez cobraron más sentido, y tomando refugio comencé a comprender de una forma más clara mi presente. Estas enseñanzas que seguirán en esta nueva aventura en la que me encuentro llamada maternidad.

Van 4 meses de vida de mi pequeña Ananda, nombre que elegí por el mantra “SatchitAnanda” (Sacchidānanda), realmente lo que quise regalarle a mi hija en su nombre es la “felicidad suprema” de la cuál se habla. La sorpresa me la llevaría yo, al vivir cada día admirando a mi hija y sintiendo una felicidad suprema por su existencia.

Hoy, cada acción que hago por ella: darle de comer, cambiarla, cuidar su sueño y su bienestar, es mi prioridad. En días pasados no hubiese entendido lo importante de darle todo tu tiempo a un ser humano, y ahora comprendo que, al cuidar la vida de mi hija, estoy preservando la vida de todos los seres.

La maternidad me ha demostrado ser un espejo maravilloso de todo lo que me pasa por dentro, mis semillas expuestas en un ser; alguien que me demuestra todo el amor sin hablar y me requiere aún más amor. Claramente la enseñanza es AMAR aún más, cada segundo, cada minuto que pase en este espacio y en este cuerpo.

Doy gracias por esa constante solicitud de mi hija, pues así mi corazón comienza a expandirse cada vez más, buscando ahora amar a todos los seres del universo.

Ahora tendré un recordatorio constante; sus ojitos que me miran diariamente con amor, sus balbuceos que después se convertirán en palabras, y el roce de sus manitas que después serán abrazos. ¡Ah, cómo me dan ganas de un abrazo de Ananda!

El dharma, pues, le ha dado un sentido hermoso a mi maternidad, y no siento mas que agradecimiento porque haya llegado a mi vida justo en el momento de recibir a mi hija, mi angelito en cuerpo de Ananda como le digo yo.

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Entre la Ley de las semillas mentales y el mundo de las probabilidades

El desconocimiento de la LEY no te exime de la falta por incumplirla.

¿Quién ha escuchado esto alguna vez?

Pues todos, en alguna de sus formas o variaciones. Pero llegar a comprenderlo de forma tal que lo puedas operar y aplicar a lo que vives día a día es uno de los retos más grandes.

Y quiero explicar primero lo que es el mundo de las probabilidades: si tienes ganas de hacer algo y piensas hacerlo, tienes un 50% de probabilidades de lograrlo y otro 50% de no lograrlo. Así de simple, como cuando lanzamos una moneda y esperamos que salga una de las caras.

Para mejorar nuestras probabilidades de éxito, nos educamos, nos formamos, practicamos, tenemos experiencias, practicamos más y después de todo este camino, podemos llegar a ser tan buenos como un buen jugador de béisbol, que, de cada 10 lanzamientos, le pega 3 veces a la pelota (sin importar la dirección). O un jugador profesional de básquet, cuyo promedio en tiros libres después de mucha práctica llega a 7 de cada 10 tiros y muy pocos llegan a 9 de cada 10.

¿Y crees que en tu vida diaria, cuando  te levantas para ir a trabajar o a estudiar, con la esperanza de que si sigues los pasos de alguien que le fue bien, tú lograrás los mismos resultados? en muchos, muchos casos, no sucede eso. Algo que yo no tenía en cuenta  hizo que todos mis planes se derrumbaran.

¿La pandemia cambió tus planes de viajes, boda, negocios, proyectos, etc., etc., de tener altas probabilidades de que si sucediera, ya no es posible realizarlo?

Cuando ves la realidad de esta forma sabes que tú no controlas nada, sólo puedes hacer un gran esfuerzo para que las probabilidades sean altas, pero nunca serán del 100%. Entonces por qué seguir insistiendo en algo que sabemos que nunca nos dará exactamente lo que queremos, la respuesta es: soy humano.

Pero al observar nuestro entorno, la naturaleza nos enseña de muchas formas a través de leyes universales, como el caso de la ley de la gravedad, que dice que todo lo que sube debe de bajar,   o la ley de la agricultura, lo que siembras cosechas, o la ley de la biogénesis, que dice que un ser vivo proviene de otro ser vivo de la misma naturaleza; y aunque no lo entendamos, aunque no sepamos la fórmula matemática que lo expresa, aunque no tengamos fe o seamos de religiones diferentes, de razas diferentes; o nos encontremos en el mejor o en el peor estado anímico, estas leyes seguirán actuando y trabajando todo el tiempo siguiendo sus ciclos, y sin la intervención de los seres humanos tendrán el resultado esperado y natural.

Ahora bien, el hombre ha sabido administrar estas leyes universales a su favor, como la ley de la gravedad: hoy podemos despegar, volar y aterrizar cuando queramos. Podemos determinar cuál variedad de semillas es la mejor para ciertas características de la tierra, conocemos las mejores variedades de perros para ciertas actividades específicas. Lo que aún no hemos comprendido bien es cómo poder administrar las leyes de las semillas mentales, esas que sembramos día a día de forma inconsciente, cuando hacemos algo, decimos algo o pensamos algo de los demás.

Al igual que las otras leyes universales, la ley de las semillas mentales, suceden todo el tiempo, a cada momento, en cualquier estado emocional, tengas mucha fe o no, conozcas el mecanismo de cómo sucede o no, creas en ellas o no. Son leyes universales, por lo tanto, lo mejor que puedes hacer, es aprender a administrarlas de forma consciente para que sólo coseches lo que de verdad deseas.

¿Cómo se hace esto? con una herramienta que llamamos los 4 pasos del café:

  1. Enuncia CLARAMENTE lo que quieres, deseas o necesitas
  2. Busca a una persona que en ESENCIA quiera, desee o necesite lo mismo que tú
  3. Haz un plan para ayudarla (disfruta del plan mientras lo haces) y ejecuta el plan
  4. Regocíjate, es decir alégrate con todo tu ser recordando el momento en el que estabas ayudando a esa persona.

Me gusta enunciar en presente y en primera persona, y sobre todo que denote que ya lo tengo ahora. También le pongo una fecha estimada, sabiendo que sólo en el cuento de las habichuelas mágicas, éstas crecían de forma instantánea y daban frutos al caer al suelo  cuando eran tocadas por una gota de agua.

El término “esencia”  denota que es muchísimo más pequeño lo que tengo que sembrar que lo que cosecharé, como la comparación de una semilla de naranja versus la planta de naranja ya con sus frutos.

Algo que ayuda mucho a obtener resultados muy poderosos, es pensar en la intención al sembrar tu semilla mental, es decir, en el momento en el que te dispones a ayudar a alguien, ¿cuál es la razón por lo que estás haciendo esa acción?:

– ¿Estás pensando en el beneficio que tú vas a obtener? A ésta yo le llamo la intención jodida (piensa en Gollum, el personaje  del señor de los anillos)

– ¿Estás pensando en ayudar realmente a la persona que está delante de tí?  A ésta le llamo la intención chafa (mucho mejor que la intención jodida, y chafa porque hay otra mucho mejor)

– ¿O piensas que eso que estás por hacer servirá para que todos los seres del universo logren…eso que tú deseas? Ésta es la intención poderosa.

Si comenzamos a tener estos buenos hábitos, y ser observadores de lo que estamos pensando, diciendo o haciendo, no hay forma de que nuestra realidad no comience a cambiar, porque las semillas mentales siguen los mismos principios de todas las Leyes Universales, sucede algo maravilloso, aunque no sepas, no creas, no entiendas, no tengas fe…entonces, ¿por qué no decidir hacer estos pequeños cambios en tu vida?

Si tienes dudas, coméntame y con gusto te ayudaré, para seguir sembrando semillas mentales que crearán tu paraíso

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Buda y la r-Evolución de la Medicina

Imagina que la humanidad fuese evolucionando positivamente durante mil años más, ahora intenta imaginar cómo sería la Medicina que se utilizaría en este futuro auspicioso. Quédate con esa idea por un momento.

Cuando comenzamos a estudiar el karma y las “correlaciones”, (que no son más que acciones del cuerpo, el habla y la mente y sus consecuencias), nos damos cuenta del gran poder que tenemos como seres humanos y de cómo podemos utilizar nuestra impresionante capacidad para causar un impacto positivo en el mundo. Una de estas áreas de impacto es la Salud. 

Desde que el ser humano existe, han existido los Hombres y Mujeres Medicina, los guardianes del conocimiento; de cómo podemos mantener nuestra salud, vivir en armonía con nuestro entorno o, en algunos  los casos, curar enfermedades.

Debido a la enorme importancia que actualmente se le ha dado a la ciencia ha surgido un nivel de desprecio hacia las tradiciones medicinales de nuestros pueblos originarios. La humanidad -excepto unos pocos afortunados- ha sufrido un proceso de pérdida del conocimiento ancestral de curación, mediante la supresión de su enseñanza en la educación ordinaria. Consecuentemente, las personas hemos perdido este conocimiento, y por ende la sabiduría de nuestra propia capacidad de auto-curarnos. 

Nos incentivan y educan para buscar fuera lo que en realidad deberíamos buscar primeramente dentro. Los hospitales se encuentran llenos de personas enfermas y no dan abasto para lo que se requiere realmente. Hay personas educadas que piensan a ojos cerrados que una pastilla que venden en una farmacia curará su migraña o cefalea, y si les mencionas sobre su capacidad verdadera de curación te pueden llegar a tildar de esotérico o chamánico. Y es que las tradiciones de nuestros pueblos originarios si utilizan este poder inherente del ser humano, que no deja de ser mágico, ya que no podemos ver sus causas, pero si sus resultados.

Cuando comprendí  que podemos utilizar el karma para curarnos, me sentí muy entusiasmado y feliz, recuerdo que corrí por la casa a contarle a mis padres, solo me miraron con perplejidad. 

¡Buda lo enseñó hace 2500 años! y menos del 1% de la población sabe cómo utilizar las semillas kármicas para curarse y además, lo practica. Resulta imprescindible promover con premura la educación de estos principios en todo el mundo, para que las tasas de enfermedad y por ende de sufrimiento, disminuyan considerablemente.

Partamos con una primera correlación básica para mejorar nuestra salud, la primera buena acción: Proteger la Vida. Cuando protegemos la vida, estamos plantando en nuestra conciencia hermosas semillas de salud en nosotros mismos. Solo debes realizar diversas acciones, tales como, comprar una planta y cuidarla para que crezca y se mantenga bella, regar las plantas de tu jardín, dejar de comer carne o disminuir su consumo lo máximo posible, intentar reciclar tus residuos; es decir, cualquier acción que promueva la vida y sólo encargarte de regar éstas semillas mentales. Usar el pensamiento es aún más poderoso, ya que pensamos bastante durante el día. Ahora, hazlo regocijándote en el pensar  que estás ayudando a otros seres vivos, que estás protegiendo y promoviendo la vida en el planeta. Y luego, antes de dormir, recuerda lo más detalladamente posible lo bueno que hiciste y así ve a dormir. Si tuvieses una patología y prácticas esto cada día, dedicándolo a tu salud, sanarás más rápido que con solo asistir a tu control médico, o tomando las pastillas de tu prescripción.

Y es que el Maestro Nagarjuna nos aporta aún más en su libro: “Hilo de Joyas preciosas”, donde nos menciona que para verte sano y atractivo, se deben plantar impresiones en tu inconsciente por medio de evitar enfadarte. ¨Intentar no enojarse, nos aporta belleza y salud¨.

El Maestro Je Tsongkapa en su comentario: “Gran tratado sobre la Vacuidad y la práctica de las seis perfecciones” nos dice que la moralidad es el camino para tener un cuerpo saludable. Ser amable con los demás nos proporciona salud, es simplemente maravilloso.

Asian Classics Input Project nos comparte otras maneras de proteger la vida encontradas en el libro: “Todos los tipos de Karma” del Buda, donde nos menciona:

  • Nunca digas cosas buenas sobre el acto de golpear a un ser vivo, ya sea con el puño o con la mano abierta.
  • Nunca te sientas feliz de que alguien lo haya hecho.
  • Sirve a tus padres cuando estén enfermos.
  • Nunca sientas la satisfacción de que alguien que no te agrada se haya enfermado.
  • Nunca te sientas infeliz porque alguien que no te agrada se haya recuperado de una enfermedad. 
  • Ofrece medicinas a los enfermos.
  • Ofréceles comida que les ayude a recuperarse.

Estos son los tipos de karma que pueden prevenir enfermedades o mejorar nuestra salud.

Puedes inventar infinitas formas de plantas semillas de salud, por ejemplo, ir a un hospital y cuidar a enfermos, acompañarlos y servirlos, darles medicinas, hacerlos reír o llevar a alguien para que les entretenga y lo haga, donar a una institución que apoya a niños enfermos de cáncer, regalar a alguien enfermo alimentos saludables y de calidad, usa tu creatividad!

Agradezcamos a Buda, los grandes maestros budistas; a ACIP por traernos esta sabiduría fundamental para tener una mejor calidad de vida en esta Tierra. ¡La Medicina del futuro ya está aquí, practiquémosla!

Les deseo dicha abundancia y buena salud.

Irivor Aravena Valenzuela Embajador de ACIP en Chile